No dejen que Arzak vea esto

Uno puede ser un duro obrero metalúrgico acostumbrado a cargar con enormes pilas de metal al rojo vivo, trabajando desde el alba hasta el crepúsculo a temperaturas de 40 grados para arriba, como un Bear Grylls del proletariado industrial: sudoroso, cubierto en hollín y con la piel gris por el envenenamiento de plomo. Uno puede ser todo eso y contemplar como poco a poco las tuberías de cobre van siendo sustituidas por tuberías de PVC y emocionarse viendo como todo su esforzado trabajo va desapareciendo lentamente… y llorar como una colegiala cuando ves que tu propia empresa ha pagado 3 euros a un adicto al crack por 13 kilos de las tuberías de cobre que tú forjaste. No sólo eso, sino que te va a tocar a ti fundir esas tuberías para poder fabricar otras tuberías nuevas. Tus músculos de trabajador del metal se estremecen y tú con ellos, cayendo al suelo y gritando desconsoladamente: “¿¿¿POR QUÉEEEEEEEE???”.

Similar efecto debe conseguir el siguiente vídeo en Arzak. Toda la vida buscando soluciones sabrosas y equilibradas. Buscando la armonía entre el dulce y el umami. Convertir esta gamba en vapor. Pulverizar un cochinillo al carbón. Preparando espuma de tomate a base de patatas. Los lechos de berros son el pasado. El humo de bosque es las nuevas patatas fritas. Toda la vida dejándote la piel para llevar la cocina y el placer a un nivel absurdo para que, de un plumazo, cuatro jóvenes de Estados Unidos llamados Epic Meal Time tengan más “me gusta” que tú en Facebook. El pobre Arzak le gusta a 1.034 personas en Facebook. Epic Meal Time le gusta 715.632.

Epic Meal Time no entienden de contraste de sabores. Creen que el tofu es un recurso para hacer chistes como Jaimito, pero jamás han oído hablar de la soja. Sólo saben que es la leche que piden los homosexuales en Starbucks. Las palabras tomillo, romero o tahine no existen en su vocabulario. Piensan que el Rogan Josh es un bateador suplente de los Mets. Que las ensaladas son para las mujeres. Que el radicchio es un tipo de macarrón. Ellos hablan el idioma de las tiras de bacon, la cerveza, la carne picada de procedencia sospechosa y el american cheese. Aquí les tienen ustedes cocinando un especial de la casa, la BBQ Pie.  Felices ataques al corazón:

La escala Scoville

Te duele la espalda. Una tremenda sed te invade y sientes la boca como anestesiada. Dirías que la lengua que sientes no es tuya. Estás empapado en sudor y prácticamente no recuerdas cómo has llegado al suelo. Repentinamente las risas de tus amigos te hacen recuperar poco a poco la memoria mientras te incorporas. “Pruébalo, ya verás qué risa” “Venga, ¿no tienes huevos o qué?” “Si te lo comes, como me llamo Toya, que te doy permiso a salir con mi hijo”. Ya te acuerdas de todo. Fuiste a ese restaurante mejicano, te bebiste unas cervezas con tus colegas y a uno se le ocurrió pedirle al camarero el chile más picante que tenía a ver si alguno os atrevíais a probarlo.

Pruebas del delito

Seguramente aceptaste el reto sin conocer una medida que se llama “escala Scoville”. Esta escala debe su nombre a Wilbur Scoville quien un día en que no echaban “Escenas de matrimonio victoriano”, desarrolló una técnica llamada Examen Organoléptico Scoville (también había bautizado como Scoville a su gato y a su miembro viril). Este “examen” consistía en la disolución del extracto de un chile en agua hasta que no dejara de picar. Por lo tanto, el número de veces que un chile debía de ser diluido en agua para que no picara nos daba su medida de picante en la escala Scoville. Si un día tenemos una tarde aburrida podemos probar a descubrir las unidades Scoville que tiene la cayena (entre 30000 y 50000) o y sólo disponemos de unos minutillos antes de ir al trabajo podemos probar con un chile poblano (1000-1500).

Los pimientos picantes contienen un componente activo que es la capsaicina, sustancia irritante responsable de la sensación de ardor que sentimos cuando a la cuadrilla se le ocurre beber tabasco para ver quién es más macho. La selección natural, cuando los seres humanos estábamos cuerdos, desarrolló la capsaicina como método de defensa para que los animales no comieran los frutos de ciertas plantas. No en vano en 2006 se descubrió que el veneno de la tarántula activa los mismos reactores al dolor que la capsaicina. Aún así creo que entraña menos peligro recolectar chiles en el campo que meter las pezuñas en un nido de esos simpáticos bichillos.

Para finalizar siempre hay que decir cuáles son los chiles mas picantes. Tengamos en cuenta que la capsaicina en estado puro tiene 16 millones de unidades Scoville. Pues bien, aunque existe la creencia popular de que el chile más picante es el Naga Jolokia (que puede llegar hasta los millón y medio de unidades Scoville), lo cierto es que el Trinidad Moruga Scorpion es el chile más picante del mundo, con casi 2 millones de unidades Scoville y un picante similar al de el spray de pimienta utilizado por la policía para refrescar a los manifestantes.